Dicen por ahí que la calidad de nuestra vida depende en gran medida de la calidad de nuestras relaciones. Aunque muchos pensamos que somos autosuficientes y podemos valernos por nosotros mismos, al final del día, los seres humanos somos criaturas sociales. La interacción con nuestros relacionados nos afecta profundamente, positiva o negativamente.
En una entrega anterior hablábamos de conectar con la gente, establecer el inicio de una relación. La pregunta a responder en esta ocasión sería, ¿cómo podemos desarrollar esas relaciones para hacerlas más placenteras, plenas y productivas ?
Ser amables
Empecemos con la amabilidad. Si, amabilidad.
No cuesta nada ser amable y es uno de los gestos más poderosos que podemos tener con quienes nos rodean, pero ¿que tan amables debemos ser ?. Todo lo amable que sea posible. ¿Con quienes debemos ser amables? Con todo el que nos rodea. Desde taxistas, personal de servicio, asociados y familiares; La amabilidad es una forma de sentirse, es el resultado de saber que todos somos uno y que tratando bien al más pequeño lo estamos haciendo por todos. Nunca olvides que la amabilidad se multiplica, se expande, es como un regalo que se hace para que quien lo reciba lo puedan regalar a un tercero.
Al ser amables con quienes no lo esperan o con quienes no pueden hacer nada para devolvernos el gesto, estamos impactando su día y mejorando el como esa persona va a interactuar con quienes le rodean a ella. Al ser amables con quienes nos sirven les estamos diciendo que son importantes para nosotros y que apreciamos su esfuerzo. Si solo pagamos a quienes nos sirven o trabajan con nosotros nunca tendremos sus corazones. Al ser amables ganamos que pongan no sólo su tiempo sino su corazón en lo que hacen.
Ser sensibles
Ser sensibles es ser capaces de preocuparnos por lo que los demás sienten y simpatízar con ese sentimiento. A veces con solo preguntarle a una persona esta nos puede decir cómo se siente. Otra veces debemos insistir, ya que la mayoría de la gente antes de decirnos la verdad acerca de cómo se sienten, necesitan saber dos cosas:
- Que pueden confiar en nosotros
- Que estamos realmente interesados en saber.
Casi siempre vamos a necesitar paciencia, tiempo, empatía y varias preguntas antes de que alguien “abra su corazón” con lo que realmente le está pasando.
Muchas veces pensamos que tenemos suficiente con nuestros problemas como para también estar recibiendo los de los demás pero ser sensibles no se trata de tomar los problemas de otros como nuestros para resolverlos, se trata de dejarnos tocar por ellos, mostrar simpatía por la situación y simplemente escuchar a veces sin siquiera dar consejos. Empezar por interesarse en las situaciones de las personas, escucharlas interesadamente y entender su situación nos abre las puertas al corazón de la gente.
No te preocupes por impresionar a una persona que estás conociendo preocúpate por dejarlo expresarse.
