Cada vez que me he encontrado ante una decisión dificil, mas tarde he podido notar que lo que estaba sucediendo era que estaba ante una situación donde chocaban lo placentero y lo que debía ser, entre lo conveniente y lo necesario.
Cuando sabemos hacia donde vamos y estamos comprometidos con ese objetivo la toma de decisiones es sencilla: hacemos lo que nos lleva a conseguir esa meta sin importar la molestia que nos ocasione en el momento. Esto siempre cuidando que las decisiones que estamos tomando no van en contra de la moralidad o las leyes y que no afectan a terceros.
Cuando se te haga difícil decidir el camino a tomar solo piensa a donde dirigen cada uno de los posibles caminos. Nunca tomes el más cómodo y placentero sino el que te lleva donde quieras ir.
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