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Cambia tus hábitos cambia tu vida

Ya hemos hablado de que la vida que vivimos no es más que el resultado de los hábitos que de forma consciente o inconsciente hemos desarrollado a través de la misma. 

Uno de los mayores obstáculos  para el éxito es permitir que nuestros hábitos se formen de forma aleatoria sin que tengamos una participación activa en la formación de estos. 

“La mente del hombre se compara con un jardín, puede ser cultivada o dejada a que crezca salvaje.”

-James Allen

Puedes permitir que el hábito de terminar el día viendo noticias se desarrolle en tu vida o puedes conscientemente hacer el hábito de terminar el día con lectura inspiradora y relajante que este alineada con la vida que quieres vivir. Me imagino que puedes intuir cuál de los dos hábitos es más provechoso y, al mismo tiempo, más difícil de hacer. 

Si vas a generar nuevos resultados en tu vida necesitas empezar a cambiar hábitos actuales por nuevos, cerciorándose que estos nuevos hábitos produzcan el resultado que estás buscando. A continuación te comparto como cambiar tus hábitos a partir de entender cómo se crean los mismos. 

Charles Duhigg en su libro –  “The Power of Habit: Why We Do What We Do in Life and Business” nos explica lo que el llama el Ciclo de los hábitos: 

Todo empieza con un Elemento Disparador, que provoca una Rutina que genera a su vez una Recompensa.

El elemento disparador  puede ser externo o interno y es una señal que genera un comportamiento. Por ejemplo, un súbito antojo de helado o algo dulce es un elemento disparador interno . Un disparador externo podría ser una notificación de Facebook de que alguien te menciono en un post. 

La rutina es la acción que normalmente genera el disparador. En el caso del antojo  posiblemente tengas la rutina de todas las tardes comprar comprar un donut o algo dulce prácticamente a la misma hora. O el hábito de abrir inmediatamente el Facebook a ver en que fue mencionado tu nombre. 

La recompensa es el placer de comerte el dulce o satisfacer la curiosidad.  Esta es la causa por la cual el cerebro responde al elemento disparador de la forma que lo está haciendo: para recibir ese placer. 

Así que, para cambiar un hábito que no produce los resultados deseados por uno que si lo hace, solo hay que cambiar la rutina provocada por el elemento disparador por algo que nos conviene y que dé una recompensa parecida. Por ejemplo, si sabemos que se nos va a disparar el deseo de algo dulce en la tarde y nos aseguramos de tener una barra dulce pero baja en calorías, una que tenga un sabor que realmente nos guste, vamos a desarrollar el hábito de comer barras nutritivas que generan la recompensa del sabor dulce pero que no elevan nuestra ingesta de calorías y carbohidratos malos. Si apagamos las notificaciónes de Facebook podemos cortar el elemento disparador y así no empezar el ciclo. En cambio podemos designar un momento del día en el que dedicaremos una cantidad de tiempo específico para revisar nuestros mensajes de las redes sociales. Si empezamos a leer material ligero, motivacional antes de dormir en lugar de ver noticias, recibimos la recompensa de desconectarnos del día para poder empezar a dormirnos pero estamos recibiendo una información con efectos muy diferentes a la que teníamos al principio. La magia de este ciclo es que, al igual que los hábitos que no nos llevan donde queremos se arraigan y se automatizan, los que nos llevan al logro de nuestras metas también lo hacen.

Al manejar los elementos disparadores, y las rutinas de forma que recibamos recompensas parecidas pero que vienen de rutinas diferentes vamos a poder generar los hábitos que nos lleven a los resultados que queremos. 

Recuerda: tu éxito o fracaso depende de lo que haces diariamente.

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