Dicen por ahí que la calidad de nuestra vida depende en gran medida de la calidad de nuestras relaciones. Aunque muchos pensamos que somos autosuficientes y podemos valernos por nosotros mismos, al final del día, los seres humanos somos criaturas sociales. La interacción con nuestros relacionados nos afecta profundamente, positiva o negativamente.
Robert K. Greenleaf (la persona que acuñó el término ‘liderazgo de servicio’) dice: “El líder servidor sirve primero … Comienza con el sentimiento natural de que uno quiere servir, servir primero. Luego viene la decisión consciente de querer guiar a otros “.
Lamentablemente para muchas personas su viaje hacia el liderazgo viene motivado por deseos de poder y ganancia. Eso hace mucha diferencia en el estilo de liderazgo que al final exhibirán y en la efectividad y trascendencia de su liderazgo.
Estudiando en los últimos días escuché una conferencia de Anthony Robbins donde habla del ciclo del logro y explica cómo solo somos capaces de actuar decididamente y efectivamente, sobre lo que tenemos certeza de poder lograr.
El habla de que esa certeza nos lleva a actuar de forma decidida, entregada y comprometida lo que genera resultados positivos y estos resultados alimentan la certeza lo cual se convierte en más accion o en acción con más efectividad, creando una espiral de crecimiento.
Seguramente has escuchado esta frase. Creo que muchas personas no llegan a “Roma” porque se hacen la pregunta equivocada.
La primera pregunta sería: ¿porque quiero ir a Roma ?
Nuestro propósito es lo que le da poder al deseo. Es lo que convierte el deseo en un impulso imparable.
La sabiduría popular, el sentido comun apunta hacia lo externo: conseguir el trabajo correcto, el negocio correcto, los socios correctos, el dinero para invertir, al amigo en la política, etc. Sin embargo hemos visto infinidad de personas que consiguen esas oportunidades para solo ver fracasado su intento a causa de otro elemento externo: el socio me engaño, el politico se olvido, el dinero de la inversion se perdió, el trabajo lo perdi, conseguir el exito financiero o profesional pero la familia es un desastre, etc.
Todos hemos experimentado la sensación de confiar en una persona u organización. Es un sentimiento de calma y seguridad que nos provoca un estado relajado en el que podemos tomar decisiones sin estrés y nos genera un sentimiento positivo en general.
También hemos sentido la intranquilidad de no confiar en una persona o institución. Esa sensación de que algo, no bueno, pasará, que en algún momento nos fallaran o utilizarán. Esta sensación de ansiedad nos embarga y, en la mayoría de los casos no solamente no nos deja producir a nuestra máxima capacidad, sino que nos pone en posición de buscar salir de ese ambiente cuanto antes.
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